Santa Rosa de Lima: Isabel Flores de Oliva, O.P. (Lima, Perú,
30 de abril
de 15862
– ibídem,
24 de agosto
de 1617),
más conocida como Santa Rosa de Lima. Mística terciaria dominica canonizada por el papa Clemente
X
en 1671.
Fue la primera santa
de América,
excelsa Patrona de Lima, el Perú (desde 1669), del Nuevo
Mundo y Filipinas (desde 1670). Además, es Patrona de institutos policiales y armados: Policía Nacional de la República del Perú
y de las Fuerzas Armadas de Argentina.
Así pues, el día de su confirmación en el pueblo de Quives, el Arzobispo
Santo Toribio de Mogrovejo, la llamó Rosa
sin que alguien pudiese darle noticia al arzobispo de este nombre tan
particular e íntimo. Aunque le mortificaba que la llamasen así, a los 25 años
aceptó y quiso que la llamaran Rosa de Santa María porque, según lo relató su
madre, fue a conversar con un sacerdote a la iglesia de Santo Domingo
manifestándole la molestia que le causaba que la llamen "Rosa", pero
el sacerdote la tranquilizó diciéndole: "¿Pues hija, no es vuestra alma
como una rosa en que se recrea Jesucristo?". Con esto quedó tranquila y
segura del nombre que le habían dado; siendo confirmado más adelante, según sus
biógrafos, en episodios de tipo místico, por la Santísima Virgen de la Merced y
posteriormente en el desposorio místico por el Niño Jesús.
Isabel Flores de Oliva, conocida como Santa Rosa de Lima, es una santa peruana,
hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de San Germán, Puerto Rico. Así lo
asegura la placa en la casa de los Flores, la cual aún se conserva. En 1545,
Gaspar salió de España, después de pasar por Puerto Rico y Panamá, que formaban
parte del virreinato de Nueva España, llegó al Perú en 1547, como soldado del
Pacificador Pedro de la Gasca, quien restableció la Real Audiencia en 1549,
recuperando el dominio de la Corona tras la usurpación del poder por Gonzalo
Pizarro, gobernante del Perú entre 1544-1548. Gaspar Flores fue nombrado
arcabucero el 9 de marzo de 1557, por don Andrés Hurtado de Mendoza, tercer
Virrey del Perú entre 1556-1561. El 1 de mayo de 1577, se casó, en Lima, con la
criolla limeña María de Oliva y Herrera, apellidos procedentes de Aragón. Ese
mismo año servía de arcabucero en la guarda del V Virrey Francisco de Toledo
(1569-1581). Existen dos versiones de la fecha de su nacimiento, el 20 o el 30
de abril de 1586. En los registros del Proceso Ordinario se encuentra que la
madre y otras personas declaran que nació el día postrero del mes de abril (30)
a las 4 de la tarde. El primero de los biógrafos de Rosa, Fray Pedro de Loaiza
(su confesor también) y por sus padres como consta en el Proceso Ordinario, interrogatorio que
realizaron las autoridades religiosas sobre la vida de Rosa.[cita requerida] Isabel o
Rosa fue la cuarta hija de los Flores Oliva, fue bautizada, según partida, el 25 de mayo
de 1586,
en la Parroquia de San Sebastián, en Lima por el sacerdote Antonio Polanco, siendo sus padrinos
Hernando de Baldés y María Osorio.
La tradición y algunos cronistas señalan que Santa Rosa de Lima, la primera
santa del hemisferio americano, nació en Taboga (esto es
en base a historiadores taboganos), porque sus padres vivían en la isla, en un
lugar llamado La Puntilla (Panamá), la familia partió de la isla para
establecerse en la ciudad de Lima. Esta información está totalmente desvirtuada
por las declaraciones en el "Proceso de Canonización" de los Archivos
del Vaticano. Rosa floreció como santa en Lima y fue canonizada en Roma como
"Santa Rosa de Lima". Su infancia fue común y nada llamativa, su
compañero de juego fue su hermano Hernando (Lima 1584-1627), el cual siempre la
apoyó y ayudó. A los doce años se mudó con su familia hacia Quives, un pueblo a
60 kilómetros de Lima ubicado en el Valle Chillón. Es aquí donde ella recibirá
la confirmación de manos del futuro santo católico Toribio de Mogrovejo, su
padrino fue el sacerdote del pueblo Francisco González. Es en Quives donde al
parecer empezó con sus mortificaciones contrayendo un reuma muy fuerte, con
consecuencias dolorosas para su recuperación, que ella ocultaba a su madre.
Regresó a Lima con su familia ya siendo una joven. Debido a problemas
económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar
con gran esmero para diferentes familias de la Ciudad y así ayudar al
sostenimiento de su hogar.
A pesar de todo, se encontraba conforme con su forma de vida y no hubiera
tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus padres en
casarla. Rosa resistió durante más de diez años y finalmente hizo voto de virginidad
ante la imagen del "doctorcito" para confirmar su resolución.
Al cabo de unos años ingresó en la Tercera orden de Santo Domingo
a imitación de Catalina de Siena.
A partir de entonces se recluyó prácticamente en la Ermita que ella misma
construyó, con ayuda de su hermano Hernando, en un extremo del huerto de su
casa. Sólo salía para visitar al Templo de Nuestra Señora del Rosario y atender
las necesidades espirituales de los indígenas
y los negros de la ciudad. También atendía a muchos
enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención, creando una
especie de enfermería en su casa. Muchos biógrafos escriben que ayudaba a fray Martín de Porres, lo cual no está probado en el
texto del "Proceso de Martín de Porres" (Lima 1579-1639), el cual es
santo desde 1962.
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